El gato de Botero: Todo un símbolo en la ciudad condal
El gato de Botero es uno de los personajes más simbólicos de Barcelona y por eso no podía faltar en nuestro blog .
Si has paseado por la ciudad condal es posible que te hayas topado con este gran felino de aspecto tan bonachón como impresionante.
Pero su presencia en Barcelona no es casual, ni anecdótica, sino que tiene toda una historia que quermos darte a conocer desde Servicios SEGURVI ahora mismo.
¿Qué significa el gato de Botero?
El gato de Botero es una escultura de Fernando Botero, escultor colombiano autodidacta, cuyo estilo se ha hecho muy reconocible dentro de la Historia del Arte y que se aprecia a la perfección en este gran felino.
Se dice que Botero quiso representar a un gatito callejero que deambulaba por las calles de Barcelona hasta que, tras casi 15 años, encontró a alguien que le dio un hogar en los últimos años de su vida.
El gato es reconocible y contempla a los transeúntes con su rostro rechoncho y sonriente, amable y divertido al mismo tiempo 😺.
Su aspecto invita a acariciarlo como si tuviera un suave pelaje en lugar de bronce y no es extraño ver a más de una persona dejándose llevar y deslizando la mano por sus curvas.
Y, por supuesto, es el protagonista de muchas fotografías.
De hecho, a pesar de todos los lugares maravillosos que tiene Barcelona, el gato de Botero sigue estando entre los sitios más fotografiados de la ciudad, tanto por locales como por turistas.
En horas punta es fácil ver colas de gente esperando para hacerse una foto con él 📸.
Sus patitas regordetas están en contacto directo con el asfalto, ya que no está sobre ninguna plataforma, por lo que da la sensación de que, en cualquier momento, va a echar a andar para darse un paseo por Barcelona.
Antes de llegar al Raval sí se sostenía sobre una peana que le daba un aspecto algo más lejano e inaccesible. Ahora parece que camina junto a los transeúntes de la Rambla del Raval o que está decidiendo hacia dónde ir.
Además, se dice que tocar su cascabel o sus testículos ayuda a que se cumplan los deseos, por lo que el gato de Botero se encarga también de recoger esperanzas e ilusiones de quienes confían en él para eso 🔔.
Claro que esta leyenda tiene un punto menos positivo…
Y es que ha hecho que el cascabel y los testículos pierdan su brillo y además que, de vez en cuando, los bigotes desaparecen y hay que sustituirlos.
Los niños son los mayores fans del gato de Botero: gritan entusiasmados cuando lo ven, corren hacia él para acariciarlo, le hablan a la cara como si les pudiera entender (¿puede que lo haga?) y juegan entre sus patas riendo felices 🧒🏻🧒🏿🧒
¿Dónde está el Gato en Barcelona?
Desde 2019 puedes ver el gato de Botero justo en la mitad de la Rambla del Raval, bajo el carrer de Sant Rafael.
Antes de eso, estaba en la Rambla, cerca de la estación de metro de Drassanes en la línea verde, integrado por completo con los turistas y los propios habitantes del barrio.
Antes, a menos que fueras en metro, había que callejear un poco hasta encontrarlo pero, hoy día, su nueva situación lo hace mucho más localizable.
El Ayuntamiento adquirió el gato de Botero en el año 1987 aunque, en realidad, todavía no se había definido dónde iba a colocarse 🏛️.
El primer lugar en el que estuvo fue el Parque de la Ciutadella ya que, al parecer, la idea principal era que estuviera cerca de los animales del zoo.
Sin embargo, en el año 1992 el gato se desplazó hasta el Estadio Olímpico Lluís Companys, en el barrio de Montjuïc, coincidiendo con la celebración de los Juegos Olímpicos de Barcelona
Por supuesto, esa tampoco fue su localización definitiva. El gato de Botero paseó por toda Barcelona buscando su sitio 🐈 hasta que llegó a la plaza de Blanquerna, dando la bienvenida a los visitantes de los jardines del Baluard.
Sin embargo, no era el mejor lugar para el gato de Botero ya que quedó relegado a un rincón con malos olores, frecuentado por personas de baja estofa.
De hecho, el mismo Botero protestó ante el ayuntamiento de Barcelona al conocer el nuevo emplazamiento de su gato y pidió que se trasladara al MACBA (Museu d’Art Contemporani de Barcelona) para que estuviera protegido de actos vandálicos.
Se propuso su traslado a la Rambla de Catalunya pero, de forma incomprensible, se alzaron algunas voces en contra de esta decisión.
Por lo tanto, el gato de Botero siguió en la plaza de Blanquerna hasta el año 2003 en el que, al fin, el gato pareció quedarse a gusto en su emplazamiento en la Rambla del Raval.
No le ocurrió lo mismo a su autor, ya que Botero, en principio, no estuvo de acuerdo con el hecho de que los niños treparan sobre el gato y con que la gente pudiera tocarlo y acercarse tanto a su obra.
Sin embargo, al colocarse allí el gato, el Raval comenzó a posicionarse como un barrio activo tanto en lo cultural como en lo social 🧑🏻🤝🧑🏻 gracias a la presencia de esta gran escultura de Botero.
Y el gato fue protagonista de muchas acciones innovadoras que se llevaron a cabo en el barrio. Por ejemplo, en el año 2012, la artista Agata Olek, tejió para él un traje de ganchillo de color blanco.
Más adelante, en 2016, Chloé Despax creó todo un montaje sonoro que partía desde el lomo del gato, que parecía complacido con su participación en el espectáculo.
En una ocasión fue disfrazado de superhéroe, también vistió la camiseta verde de las PAH e incluso llevó un antifaz zapatista durante las peticiones de autodeterminación de los pueblos indígenas.
El gato de Botero, por tanto, se convierte en símbolo de cultura, arte, protestas sociales… como si fuera un vecino más del Raval, una parte viva de la ciudad de Barcelona.
Su autor parece haber desistido para que lo lleven a un lugar más elitista y es que el gato de Botero cada vez es más conocido como el gato del Raval
¿Cuánto mide el Gato de Fernando Botero?
El gato de Botero está fabricado en bronce y mide 7 metros de largo, dos metros de ancho y dos metros de alto, presidiendo la rambla y sirviendo como punto de encuentro para la gente que quiere quedar en la zona.
Y ojo, el gato de Botero en Barcelona no es el único que hay en el mundo sino que tiene otros hermanos por el mundo 🐾.
Uno de ellos se encuentra en Armenia, el otro se sitúa en Park Avenue, Nueva York, y el tercero está en Medellín, Colombia. Este último fue un regalo que el propio Fernando Botero quiso hacer a la ciudad con motivo de su 80 cumpleaños.
Solo el gato de Nueva York 🗽 está de pie como su hermano de Barcelona. Los dos otros están sentados, como si contemplaran la vida que hay a su alrededor.
El tamaño de todos estos gatos es muy similar al gato de Botero en Barcelona. De hecho, todos ellos tienen un peso superior a una tonelada por lo que son igual de impresionantes.
Pero estos no son los únicos gatos que salieron de la creatividad y el talento de Botero. Sus orondos felinos han aparecido a lo largo de su obra pictórica como en “La solterona con su gato”, “Familia”, “Niña con gato” o “La casa Marinduque” y muchos más 🖼️.
¿Será Botero un amante de los gatos al igual que nosotros? ¡Cuéntanos si has podido ver “en persona” la escultura del gato de Botero!