Calmar a un gato nervioso requiere de paciencia y de comprender su carácter, ya que los gatos son, por naturaleza, animales asustadizos. Si se sienten en peligro, su conducta puede ser esquiva e incluso violenta, y harán lo que sea con tal de protegerse frente a posibles amenazas. Vamos a ver cómo tranquilizar a un gato, y a darte algunos consejos para facilitar la convivencia con un gato nervioso.
La primera reacción de un gato nervioso es esconderse para evitar peligros. Se irá a lugares de dimensiones reducidas donde no pueda ser visto fácilmente. Como por ejemplo:
Una buena estrategia para evitar que se esconda en algún sitio peligroso es valerse de pequeñas cajas de cartón, que puedes ubicar en los altillos de los armarios o debajo de mesas y sillas y, a ser posible, cerca de rincones. Así le estarás dando un lugar de referencia que frecuentará cuando se ponga nervioso.
Normalmente, los gatos tranquilos cubren sus «curiosidades exploratorias» con más facilidad. Será suficiente para ellos jugar y entretenerse con moderación. No pasa lo mismo con los gatos nerviosos, que suelen pasarse el día corriendo de aquí para allá, y explorando más allá de los límites. Un gato nervioso rara vez se dejará coger, y si se escapa, es muy factible que se comporte de forma violenta y que corra más peligro del que cree, sobre todo si es muy joven.
Por lo tanto, te recomendamos proteger las entradas y salidas del hogar con mosquiteras fuertes para gatos, de modo que tu gato pueda asomarse al exterior, pero no pueda salir a la calle; ten por seguro que los gatos nerviosos tenderán a escaparse con más frecuencia, no porque no estén a gusto en casa, sino porque simplemente su curiosidad y necesidad de estímulos les pueden. Esto puede ser especialmente peligroso si vives en una ciudad grande, como Barcelona, ya que el gato puede asustarse más aún con los ruidos de la calle y perderse con facilidad.
El gato nervioso, por definición, necesita liberar mucha energía y estrés. Si el juego es ya de por sí importante para ellos, en los gatos nerviosos esto cobra una relevancia mucho mayor.
Sin embargo, por muy nervioso que sea, siempre agradecerá que haya rutinas a las que acogerse. Los animales también tienen costumbres, y una forma efectiva de dar seguridad a tu gato será habituarlo a las mismas horas de comer, beber y jugar. Además, si puedes evitar cambiar muebles de sitio, te lo agradecerá, porque su percepción del espacio también es muy sensible.
Si tu gato percibe un peligro, aunque no sea tal, correrá a ocultarse a su escondrijo y, durante un buen rato, ni deseará salir ni mucho menos que te acerques a él. Estará en posición de alerta, y podrá ponerse violento. Esto ocurre, por ejemplo, cuando alguien entra en casa o cuando se produce un ruido inesperado (al menos, para él).
En la gran mayoría de las ocasiones, relajar a un gato nervioso consiste simplemente en esperar a que se le pase. El estímulo externo que haya ocasionado su nerviosismo cesará, y entonces recobrará la calma poco a poco.
Los gatos no comprenden el concepto de jerarquía de forma innata, por lo que no puedes esperar que te obedezca sin más. ¿Cómo vas a tranquilizar a un gato asustado si le asustas más todavía?
Ten la seguridad de que tu gato no va a responder ante gritos, amenazas o castigos, y mucho menos si es nervioso. Solo conseguirás que se distancie más y que no confíe en ti. Los gatos no se someten a unas normas impuestas. Simplemente, les debes dar a entender que hay comportamientos mejores que otros.
Por lo tanto, el premio (por ejemplo, en forma de snack) no tendrá por objeto el refuerzo de una conducta, sino simplemente darle tranquilidad; tu gato irá aprendiendo las normas de la casa poco a poco, sin confrontaciones ni necesidad de castigos.
Aunque los gatos no respondan de forma innata al concepto de jerarquía, sí que pueden comprender lo que significa una manada, es decir, un conjunto de seres “allegados”. Si te comienza a considerar uno de los suyos, habrás ganado mucho terreno.
Para ello, al igual que te recomendamos no gritarle, también te sugerimos que le hables con cariño y a menudo. De ese modo, te conocerá mejor y alimentarás incluso su curiosidad e interés por ti.
Ahora que sabes cómo tranquilizar a un gato, te aseguramos que la convivencia con tu amigo, aunque tienda al nerviosismo, será más sencilla.
Aun así, te recomendamos que tengas paciencia con él y no invadas su espacio, y asegures tu hogar para que, en un arranque de miedo, no se escape y corra más peligro aún.
Y a ti, ¿te funciona algún otro método para tranquilizar a tu gato cuando está nervioso? Cuéntanoslo en los comentarios.
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